Martes por la noche. En la casa hay un silencio matador, están todas las luces prendidas y Adolfo José sentado en el piso de su living.
La casa es un viaje en el tiempo a los años 50. El salón comedor tiene su mesa con sus antiguas sillas plastificadas y 3 o 4 cuadros con la misma temática. Los faros.
Desde el ultimo beso no pudo cambiar la expresión de su cara. Moviéndose lentamente José saca uno por uno los cuadros ubicándolos en el piso, se termina la copa de ron y llora largas horas sin sacarle la vista de los cuadros.
No podía explicarse a él mismo lo irónico que fueron las cosas.
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