10 de febrero de 2011

Parte de denver, en colorado, hasta el corazón.

Esta semana, tenía como objetivo ser diferente. 
Por eso el Lunes me compre un mp3. 

Parece un chiste, i know. Pero es aceptable la idea de que la música puede hacerte más feliz. 

Lo más irónico de toda la compra del mp3, fue que a la vuelta me crucé con un señor que llevaba puesta una túnica, lo que me dio a entender que era budista (además de pelado). 
Fue raro, primero; atiné a acercarme, miré mi mano sujetando una bolsa del shopping y me ubiqué.


La idea de expresar empatía a un budista desconocido después de satisfacer mi necesidad consumista, me parecía medio careta. 

Pero... vivo en Palermo.

Entonces me acerco, lo interrumpo en su charla con otro señor claramente de procedencia asiática y lo miro; con miedo, ternura y desesperación. 


Sutilmente oculto mi mano con la bolsa por mi espalda. Y qué mierda le quiero decir?


"Hola! Yo quiero ir al Tíbet".


- Hm, disculpe que lo moleste; pero según mi... idea, usted: es budista no?
- Si si.
- Ff, y... yo quiero uno! (lo pensé, pero no). Quería preguntarle si me podía recomendar un lugar donde pueda acercarme para aprender. 


Muy amablemente me dijo a qué lugares podia acceder y se inclinó suavemente al decir: "Namasté". A lo que respondí; "asjf". 


Por más que toda la situación me pareción tan simple, vacía e importante, me dejó confundida. Por un lado estaba esa tranquilidad, como de dar el primer paso, pero no era más que un argentino dentro de una túnica (si, puede ser un alto maestro, pero no sería la primera vez que nos venden fruta). 


Es que el sábado, pasó algo. Muy sutil y muy profundo, pero lo sentí. Un pequeño paso en la historia del hombre. Me gustaría gritarlo, en realidad, y dejar este relato lleno de "intentos" de misterio y misticismo. Pero, hay algo en decirlo que me deja insatisfecha. No me quiero quemar, una vez más y si pasa; creo que no tengo ganas de que nadie se entere. 
Prefiero, quiero y necesito hacerlo sola. 

Entonces, estaba este escalón. Y lo subí con risa como si nada pasara y enseguida, apareció otro y otro y otro.  


Y hoy es Miércoles, hay cuatro escalones detrás de mí y una escalera que no tiene fin. Podría sentir miedo, es bastante fácil, pero creo que el miedo fue el primer paso. Ansiedad probablemente fue el segundo; el tercero vagancia y el cuarto: fue simplemente un escalón, que suavemente sostiene al que viene. 
Al cual voy a subir, tranquilamente. 


Jonsi: Around Us.


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