10 de junio de 2011

Capítulo X - Marta y Adolfo José


Marta dejó mensajes en el contestador. José tiró el teléfono. Ahora quedaban las botellas.

El departamento se vendió en dos patadas, en dos días tenía que entregarlo.

Fueron eternos, llenos de recuerdos, algunos perfectos, otros muy tristes y reveladores. Pero le puso el pecho, estaba tranquilo, paso a paso.

Después de tantos años, no tenía casa, ni mujer, sólo un bolso medio roto con ropa apolillada. Tomó unos pocos pesos y se compro un pasaje de ida. El resto se los dio a sus hijos. 


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